La ATM es la articulación más compleja y utilizada del cuerpo humano, responsable de abrir y cerrar la boca. Gracias a ella, la mandíbula se articula con el hueso temporal del cráneo, delante del oído y a cada lado de la cabeza. Esta articulación se utiliza para funciones esenciales en el ser humano como es masticar, hablar, tragar y bostezar.

Los síntomas que provocan esta disfunción van desde un dolor agudo y crónico dentro o delante de los dos oídos que se irradia a la cabeza, cara, piezas dentales, mandíbula, boca, garganta, nuca, cuello, hombros y brazos. También, el paciente puede sentir ruidos articulares como chasquidos y crujidos así como zumbidos o pitidos.

Asimismo, la alteración de esta articulación puede generar problemas funcionales como articulares, musculares (no poder masticar, contracturas); oclusales (apretar o rechinar los dientes) y óticos (taponamiento, vértigo y acúfenos).

Otros problemas son el adormecimiento facial, molestias visuales, pérdida de oído y neuralgia del trigémino.

El bruxismo es el contacto prolongado de las superficies de los dientes y el apretamiento involuntario de los dientes que provoca dolores de cabeza, contracturas musculares, insomnio o dolor de oídos, provocado por el estrés diario, la oclusión no estable o por medicaciones.

Existen dos tipos de bruxismo:

  • Apretamiento: apretar los dientes con la boca cerrada.
  • Rechinamiento: el rechinamiento incluye movimientos laterales cortos a la vez que apretamos.

Los tratamientos de elección son:

Férula de relajación o desprogramador neuromuscular: es un dispositivo a base de resina que se utiliza generalmente durante la noche y evita el desgaste de las superficies dentarias y posiciona la mandíbula en una posición tridimensional estable y segura evitando la acción de la musculatura masticatoria.